Durante la jornada, el Capitulo profundizará en la Revitalización de la Vida Fraterna.
CANCION: Sólo el Amor – Silvio Rodríguez
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus hermanos, que estaban afuera, deseosos de hablar con él. Uno le dijo: —Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y desean hablar contigo. Él contestó al que se lo decía: —¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: —¡Ahí están mi madre y mis hermanos! Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
(Mt 12, 46-50)
Cuidaré a mis hermanas, pues con ellas vivo y camino.
Ellas me dan aire fresco,
me acompañan en el seguimiento de Cristo
y en la Construcción del Reino.
Prepararé mi regazo para la acogida,
mis manos para la compañía,
mis entrañas para la misericordia.
Música: Sed de un Mundo nuevo
Durante la jornada, el Capitulo profundizará en las Presencias en la Misión.
Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir. Les decía: —La mies es abundante pero los braceros son pocos. Rogad al amo de la mies que envíe braceros a su mies.
(Lc 10, 1-2)
La Palabra que engendra vida,
La promesa que nos lanza,
El futuro que nos compromete.
Nos reconocemos en camino… el camino de este año capitular… el camino de estos años desde el anterior Capítulo.
Un camino recorrido en el que queremos avivar la experiencia de que Jesús mismo camina junto a nuestro caminar como en Emaús.
“Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona les alcanzó y se puso a caminar con ellos” (Lc 24, 15)
Música: Como María en la Visitación
Lucas 1, 39-56:
Entonces María se levantó y se dirigió apresuradamente a la serranía, a un pueblo de Judea. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo, exclamó con voz fuerte: —Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció. María dijo: —Proclama mi alma la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava y en adelante me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho proezas, su nombre es sagrado. Su misericordia con sus fieles continúa de generación en generación. Su poder se ejerce con su brazo, desbarata a los soberbios en sus planes, derriba del trono a los potentados y ensalza a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos. Socorre a Israel, su siervo, recordando la lealtad, prometida a nuestros antepasados, a favor de Abrahán y su linaje por siempre. María se quedó con ella tres meses y después se volvió a casa.
Oración:
«Señor, te entrego totalmente mi capacidad de relación con las personas y las cosas para que tú la transformes por la fuerza de tu Espíritu…»
Música: Dios es fiel
Música: A jamais Dieu est fidèle
Música: Aún seguimos
Palabra de Dios:
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se ha levantado hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. (Ef 2, 20-22)