Después de tres días de retiro, como previo al trabajo propiamente del Capítulo, nos hemos puesto en camino junto con la “pareja” de Emaús y con el deseo de una escucha generativa entre nosotras, con la conciencia que nos necesitamos las unas a las otras, como María de Nazaret e Isabel que se encontraron en Ain Karem, con sus miedos, sus dudas, sus esperanzas y… después exultaron de gozo ante la vida que se gestaba en sus vientres.
A lo largo del día hemos contemplado, como desde una nave espacial con mirada global, universal y acogedora, la realidad de los 6 países donde estamos presentes.
Para esta esta visión hemos contado con la MEMORIA que ha hecho el Consejo General y la Ecónoma General de estos 5 años desde el XXII Capítulo General y desde las prioridades que nos marcamos en el mismo.
Hemos escuchado el testimonio directo del camino hecho por los laicos a lo largo de este tiempo. Y hemos contado con la presencia, también directa, de Hermanas de los Consejos Generales en Alianza.
Ha sido un día denso de acoger tanta vida y también de renovada esperanza por los pasos, que juntas vamos dando tanto en Alianza como con los laicos y laicas.
Una vez más, hemos reconocido el paso del Espíritu en medio de nuestra pequeñez, y ¡cómo no darle gracias!